Originaria de Japón y descendiente de la tradición China, el shiatsu es una antigua terapia que basa sus beneficios en conseguir la correcta canalización de la energía vital (Chi) mediante la presión, en ciertos puntos clave de nuestro cuerpo, ejercida con los dedos y las palmas de las manos.
Al igual que otras técnicas orientales como la acupuntura, el shiatsu se basa en un principio por el cual el estado de salud de una persona dependerá en gran medida de cómo fluya su energía vital a lo largo de su cuerpo, proceso que se realiza a través de unos canales denominados meridianos.
Teniendo esto en cuenta, si se aplica cierta presión sobre dichos meridianos mediante las palmas y los dedos de las manos, sobre todo los pulgares, podremos reconducir y mejorar la circulación de la energía y, por consiguiente, nuestra salud.
El shiatsu también está relacionado con el taichí o el yoga, su esencia también radica en conseguir que mantengamos el cuerpo en una posición correcta y que realicemos tanto nuestros movimientos como nuestra respiración de una manera consciente y precisa.
Con todo ello, la energía circula de forma natural en nuestro organismo logrando así la perfecta armonía entre cuerpo, mente y espíritu, lo cual, a su vez, hará que nuestro estado de salud sea mucho mejor.